EQUIPOS DE MEDICIÓN
Para realizar
mediciones y evaluar los equipos de refrigeración en una empresa, industria o
comercio, es necesario contar con los equipos adecuados a fin de obtener datos
puntuales y confiables que luego permitan realizar análisis y recomendaciones
que pueden ser medidas y comparadas en la práctica.
Termómetro
De todos los
equipos necesarios, el termómetro es el más básico. Sin una medida confiable de
temperatura no se puede evaluar si el equipo no logra enfriar lo suficiente ni
determinar cuáles son sus condiciones ambientales y las del condensador.
De tal manera, el
termómetro ayuda a racionalizar el uso de los aparatos y a determinar si el
termostato está o no bien ajustado. Los hay de muchas formas y costos en el
mercado. El más barato es el análogo de aguja, pero puede tener un bulbo o
sensor o de bolsillo, aunque existen versiones digitales.
Los más costosos
son los de láser-infrarrojos, pues tienen la ventaja de tomar la temperatura a
distancia, basados en las emisiones de luz infrarroja. Sin embargo, pueden
tener poca exactitud sobre superficies reflectivas y en las bajas temperaturas,
por lo que hay que verificar el manual del fabricante para confirmar sus
limitaciones técnicas.
Un tipo especial es
el higrómetro, utilizado principalmente para tomar datos de temperaturas
ambientes y con capacidad para medir la humedad relativa del aire. En algunos
casos, lo importante no es tener medidas puntuales, sino definir tendencias
para evaluar si el producto no se calienta por períodos o determinar qué temperaturas
se alcanzan a lo largo del día. No será práctico disponer de personal que tome
las temperaturas cada 15 minutos, por lo que en el mercado existen los
termómetros recolectores de datos (tipo data logger), que se dejan en el lugar
para que midan y luego se baja la información en computadoras a fin de evaluar
sus tendencias.
Amperímetro y voltímetro
Estos instrumentos
son de costo relativamente alto y se utilizan más para operaciones de
mantenimiento y diagnóstico de fallas; sin embargo, permiten medir corriente y
voltaje para calcular la potencia real de los equipos y comparar con los datos
de placa del fabricante, así como determinar si el consumo de los equipos de
una instalación es eficiente.
Manómetro de refrigeración
Al igual que el
amperímetro y voltímetro, es una herramienta básica de mantenimiento y de
diagnóstico en los sistemas de refrigeración. Por su costo no es necesario que
el auditor energético disponga de él, siendo preferible contar con el apoyo del
personal de mantenimiento en el sitio.
Estos manómetros
poseen, además de la escala de presión, una escala de temperaturas con base en
el tipo de refrigerante que puede medir. Esto se debe a la característica
física de la mezcla de vapor y líquido en el evaporador (condición saturada del
refrigerante), en la cual la presión y la temperatura dependen una de la otra:
para una presión, una temperatura de saturación definida.
Analizador de redes
El analizador de
redes es el equipo de la auditoría energética de mayor costo. Pueden ofrecer
los mejores datos de análisis, pues permiten medir simultáneamente el voltaje y
amperaje de conexiones eléctricas del equipo de refrigeración; además, algunos
modelos incluyen termómetros y recolección electrónica de datos.
La información
puede tabularse o graficarse para ver tendencias y determinar los puntos
críticos de consumo energético, no sólo en refrigeración, sino en toda la gama
de auditorías energéticas de cualquier tipo de instalación.
Otras herramientas
Es conveniente
contar con una cinta métrica para medir las dimensiones de puertas, paredes,
ventanas, etc.; en especial cuando se trata de cuartos fríos. Una cámara
digital permite tomar fotos de situaciones puntuales para hacer énfasis en los
reportes de la situación o constatar que se han realizado los cambios. Son
necesarias libretas de apuntes y notas para tomar los datos y un “check list”
puntual de criterios básicos para identificar rápidamente los puntos por
evaluar en forma objetiva.
APLICACIONES DE LA REFRIGERACIÓN
La refrigeración tiene como finalidad mantener
un espacio cerrado a una temperatura conveniente para realizar procesos o
conservar la frescura de los productos por un determinado período. Las
temperaturas requeridas dependerán exclusivamente del producto por refrigerar,
por lo que es importante obtener esta información antes de realizar diseños o
evaluar la operación de los equipos. Generalmente las temperaturas de
refrigeración son las indicadas en la Tabla 1 y pueden utilizarse como una guía
básica para determinar si se está utilizando el equipo correcta y
eficientemente. Es importante hacer notar que en algunos productos pueden estar
expuestos a diferentes temperaturas recomendadas -según la aplicación y la
duración del almacenamiento- por lo que en casos específicos es preferible
identificar los rangos recomendados para cada producto, en vez de un valor
específico.
Tabla 1. Temperaturas recomendadas en refrigeración de
uso general
Temperatura
|
Aplicación
|
|
-18° C
|
0°F
|
Baja temperatura. (Freezer o congelador).
Productos que se almacenan y mantienen congelados por períodos largos.
|
0° C
|
32°F
|
Media temperatura. Carnes frescas sin congelar.
|
4° C
|
40°F
|
Media temperatura (Refrigerador). Lácteos, frutas y productos perecederos, etc. que
tienen una rotación corta de refrigeración.
|
10° C
|
50°F
|
Media temperatura. Vegetales. La humedad es
importante para que “respiren” o reciban aire exterior, ya que son productos
vivos.
|
15 a 26° C
|
60 a 78°F
|
Alta temperatura. Flores y
aplicaciones de aire acondicionado.
|
Las condiciones de
operación pueden incluir temperaturas máximas y mínimas tolerables, así como la
humedad relativa en el espacio de refrigeración requerido, para evitar
deshidratación y pérdida de peso del producto.
En realidad, es más
económico operar el equipo de refrigeración a la temperatura más alta del
rango, ya que cuanto más frío se requiera el ambiente, más trabajará el aparato
consumiendo una mayor cantidad de energía.
Los rangos de temperatura dependen del
producto por almacenar, pero el principio anterior de mantener la máxima
temperatura posible se debe aplicar. Por ejemplo, el pollo congelado puede
almacenarse entre los -22 y -18° C (-8° y 0° F), por lo que el ajuste se hace
en -18° C. Cuando se desea proteger el producto congelado en caso de falla del
sistema, se tolera un rango menor que permita un mayor tiempo de respuesta por
parte de los responsables del mantenimiento de la instalación.
Hay otros productos
que son más sensibles, como la leche, las verduras y las carnes, donde el rango
de temperaturas es menor y se vuelve más importante la seguridad del producto
para ahorrar energía. Pero, ¿qué sucede cuando se tienen varios productos
perecederos con diferentes rangos recomendables de temperatura? Lo ideal es
disponer de un refrigerador o cuarto frío para cada tipo de producto Manual
Técnico de Refrigeración Comercial 10 o grupo que acepte las mismas condiciones
de temperatura Si no es posible, se elige la temperatura de los más sensibles,
como los lácteos. Sin embargo, el producto no podrá almacenarse por períodos
largos y, en ocasiones, no se deben exceder de una semana en esas condiciones.
Otra variable
importante en refrigeración es también la rapidez para enfriar el producto a la
temperatura deseada. El enfriamiento se da usualmente en el transcurso del
primer día de almacenamiento y se utiliza el concepto de BTU/24h, es decir,
cuántos BTU el equipo de refrigeración deberá extraer como mínimo en un día de
operación para llevar el producto a su temperatura final de almacenamiento, por
lo qué, la rapidez de enfriamiento de un equipos se calcula desde el momento
que ingresó la mercadería al refrigerador y llegó a la temperatura deseada. Al
dividir esa cantidad de calor con el tiempo que funcionará la unidad
refrigerante, se obtiene la potencia del equipo en BTU/h.
La temperatura
inicial del producto no será necesariamente la ambiente. Se debe tomar en
cuenta este dato para identificar oportunidades de ahorro energético al evaluar
posibles formas de pre-enfriar el producto antes de ingresar al cuarto frío,
sin arriesgar su calidad. Por ejemplo, la carne de bobino recién destazada se
encontrará a la temperatura corporal del animal, alrededor de 40° C.
https://youtu.be/kc67FBmlJhE
ResponderEliminarBuena explicación de las herramientas. Gracias