Este dispositivo consta de dos partes, la válvula que
controla el flujo y un sensor eléctrico que mide el calor por medio de
termistores.
El termistor se
define como un conductor eléctrico que cambia su conductividad (capacidad para
conducir electricidad) cuando existe un cambio en la temperatura.
A mayor temperatura, los termistores conducen mayor
electricidad. Cuando el evaporador tiene una temperatura elevada los
termistores aumentan el voltaje provocando que el sensor interprete el
incremento en el voltaje como un aumento en la temperatura, incitando a que la
válvula se abra y permita un mayor flujo de refrigerante.
De manera resumida, podemos decir que los dispositivos de
control de flujo tienen la responsabilidad de evitar que llegue líquido al
compresor, evitando daños en el mismo.
La válvula de expansión de control termoeléctrico depende
del uso de termistores, directamente expuestos al refrigerante en la línea de
succión, para controlar la apertura de la aguja en la válvula de expansión
ellas no usan un elemento de presión, como en las válvulas de expansión termostática.
La resistencia al flujo eléctrico en el termistor cambia con
la temperatura. Incrementando la temperatura reduce la resistencia. Por
consiguiente, con un voltaje dado, los incrementos de la temperatura, también
incrementan el porcentaje del flujo de corriente este incremento de flujo de
corriente calienta y curva un bimetal en el cuerpo de la válvula abriendo la válvula.
El termistor se coloca en contacto inmediato con el vapor refrigerante dentro
de la línea de succión del evaporador.
Se usa un transformador de bajo voltaje como punto de
potencia. Para que alimente el termistor, el transformador está en serie con el
circuito eléctrico y el dispositivo de control.
El flujo de refrigerante es controlado por la temperatura en
la línea de succión. El mecanismo de control no depende del evaporador.
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