En varias ocasiones se ha hablado sobre la importancia del
proceso de vacío aplicado a los sistemas de refrigeración. Gracias al vacío,
podemos depurar el sistema interno de impurezas que pueden dañar o disminuir la
eficiencia y capacidad del refrigerante; y una de las impurezas más relevantes
en nuestro ámbito es la humedad.
Muchos técnicos desconocen de forma parcial o total la forma
correcta de ejecutar el proceso de vacío. Al omitir o hacer de forma incorrecta
el proceso, nos atenemos a un mal funcionamiento de los equipos a los que les
damos servicio, traduciéndose en visitas costos extras al momento en que los
clientes exigen su garantía.
Uno de los principales errores cometidos al aplicar vacío a
los sistemas de refrigeración, es utilizar equipos no aptos para el proceso
tales como compresores que utilizamos como sustitutos a las bombas de vacío, o
la utilización del mismo compresor del sistema de refrigeración para generar el
vacío requerido.
También solemos prescindir del equipo adecuado de medición de
vacío correspondiente y lo sustituimos con el conteo del tiempo que la bomba de
vacío lleva encendida.
Dicho lo anterior, podemos preguntarnos: ¿Qué sucede cuando
dejamos rastros de humedad al aplicar de manera incorrecta el vacío al sistema?
Al existir humedad en el sistema existe la gran probabilidad
de que se genere hielo en las partes internas del ciclo de refrigeración,
principalmente el tubo capilar o válvula de expansión. Esto genera daños
importantes a la unidad más cara de todo el sistema, el compresor.
Los dos síntomas principales son el exceso de refrigerante
suministrado por la válvula, o la disminución o paro completo del suministro de
gas por la válvula. Estos problemas ocasionan:
Que la temperatura del aire o agua suministrado sea alta.
El sobrecalentamiento excesivo del sistema o
sobrecalentamiento inexistente.
La presión de succión puede ser menor o mayor de lo
recomendado.
La presencia de líquido en el compresor.
Sin embargo, el principal problema ocurre con la presencia
de aire y humedad. El aire y la humedad, al combinarse con los refrigerantes
que contienen cloro o flúor, generan compuestos ácidos que deteriora los
sistemas herméticos y semiherméticos; ocasionando problemas prematuros al
motocompesor debido a su gran poder corrosivo.
Adicionalmente, es importante
comentar que los fabricantes de compresores no otorgan ningún tipo de garantía
para problemas generados por presencia de humedad en el sistema.
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